viernes, 2 de mayo de 2014

UCRANIA QUE NO ES UN CONFLICTO INTERETNICO SINO RELIGIOSO Y PUEDE AVENTAR EN EL MUNDO UNA OLA DE ANTRISEMITISMO El diablo tan presente en las novelas de Bulgakov y Gogol está asomando por la puerta. A Kiev la llaman la madre de las ciudades rusas y entre el ruso y el ucraniano hay menos diferencias que entre el castellano o el portugués. Sangra mi corazón estos días a la vista de estos duelos y quebrantos que la tele y la radio nos sirven en bandeja. Muchos hombres de buena voluntad no sabemos lo que está pasando porque no es racional. Los motivos que desencadenaron la crisis se resisten a un análisis lógico y desde luego Putin no es el responsable como hemos denunciado desde este blog que se siente cercano a Rusia y a la espiritualidad ortodoxa. Parece haber vuelto el Señor de las Tinieblas en menoscabo de la paz y la libertad de las gentes. Todos los derechos han sido conculcados y el raciocinio. En la Casa Blanca como se inclinan a los dictámenes del Talmud no podemos entender nosotros los que venimos de los tratadistas escolásticos y del Derecho de los Pueblos y de la Filosofía sobre la Guerra Justa e Injusta formuladas por el jesuita español Francisco Suarez no entendemos o no se nos alcanza. Deben de subyacer los intereses económicos, los afanes de ganar dinero de los especuladores de Banca, los trust armamentísticos que han armado a Putin y el doble juego del que tanto he escrito y conocen los seguidores de este blog, o las diferencias religiosas entre uniatas y "provosladki" del patriarcado de Kiev o de Moscú. No comulgo con la que hipocresía con que se ha conducido el Vaticano en este caso como ocurriría en conflictos tan sangrientos como el de Iraq o Siria. Este diacono ya ha formulado no sólo sus reservas sino también sus excomuniones contra el señor Bergoglio y su doble vara de medir. El tinte religioso puede dar mal cariz al conflicto hasta el punto de que sus muñidores- los que organizaron el alzamiento de Maidan un pucherazo contra el gobierno legítimamente elegido de Yanukovski y que se justificaban con mentiras que embozan otras realidades de apetencias geopolíticas- pueden abrasarse en las llamas y conducir al mundo a una conflagración universal. Ucrania donde el apóstol Andrés predicó el Evangelio y levantó la cruz de seis brazos en la montaña de Kiev fue escenario de las más cruentas batallas de la IIGM y durante la guerra fría la punta de lanza del desarrollo tecnológico soviético (ordenadores, energía atómica, industria pesada), se convirtió en la segunda Moscú y en la Tercera Roma. Una aureola apocalíptica y de presagios rodea a Ucrania. Allí estalló la central nuclear de Chernóbil 1986, los rusos presentaron su primer robot, la revolución naranja, el caso del ex presidente Yushenko que se envenenó con un ácido que deformó su rostro de galán de cine y se convirtió en una piltrafa o la coleta de panienka de Julia Yakushenko que también enfermó y está hoy en silla de ruedas. Cosas muy exrañas pasaron en este país de gentes sencillas y de origen campesino en los últimos tiempos que siempre suscitó las apetencias territoriales de los polacos. En ucraniano y en ruso la palabra campesino es sinónimo de cristiano esto es almas, aquellas almas de las que hablan los clásicos rusos antes de la abolición de los siervos. Los judíos que forman una importante minoría siempre controló la banca, los hospitales, los cuadros de gobierno, la abogacía y los negocios. Allí hubo pogromos y revueltas. Más de la mitad de los habitantes askenazíes de Israel tuvieron ancestros que habitaron las tierras negras a orillas del Dniéper. Topol el héroe de la película del violinista en el Tejado. If I were a rich man. O emigraron a Chicago como una de las madres fundadoras del estado de Israel doña Golda Meir que en paz descanse. Ya tenemos por tanto los ingredientes, si estallara la guerra, no lo quiera Dios, para cocinar un estofado apocalíptico. A los provocadores de esa pantomima de revolución de la plaza de Maidan, frau Merkel, Obama, Tusk el polaco, Hollande y el Vaticano, el tiro puede salirse por la culata. Los judíos ahora en Rusia gozan de preeminencia y libertad en la Rusia de Putin pero en caso de que estalle la guerra y cuando empiecen a llegar ataúdes a las isbas las cañas pueden tornarse lanzas para los que quieren destruir el paneslavismo

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